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domingo, 23 de octubre de 2011

¿Comida para gato a granel?

Anoche le di al Billie la nada de comida que le quedaba. Obviamente, el goloso de mi gato se la comió toda de una, y a las 7AM estaba quejándose de hambre. Así que le serví cereal, y recibí la orden de ir a comprarle comida apenas me levantara. Claro que, por una suma de motivos, terminé por levantarme a las 17:30, y a salir de la casa a las 18:30. Mi objetivo: El Arca de Noé (local que vende comida para mascotas, a unas 3 cuadras grandes) y el Unimarc (dos cuadras más allá). Así que me sequé un poco el pelo, me puse el chaleco, tomé la plata y el celular, y partí.
Como no tenía nada que hacer, pude haberme ido caminando lento... Pero la culpa de que mi pobre gato estuviera famélico me apuraba, así que llegué un tanto acalorada al localcito de comida... Pero había un pequeño problema: Al estar basado en una sociedad amparada por la iglesia católica, Chile es un país extremadamente flojo en cuanto trabajar los domingos... Por lo que no era de sorprenderme que una tienda chica como esa estuviera cerrada. Maldición. Ahí vendían la comida para gato a granel, pero, al estar cerrada, no me quedaba opción que ir al Bigger y comprar un paquete entero. Pero no, aún no, me quedaba el CatChorros, otra tienda al lado de mi casa, que no tiene la comida que le compramos siempre al Billie, pero serviría por ahora.
Así que, con esa información tranquilizando mi cabeza, llamé a mi mamá, mientras caminaba hacia el Unimarc, ya que tenía que comprar la hamburguesa para mi colación y la hamburguesa para mi cena. No conozco bien ese super, así que me costó un poco encontrar las carnes. Una de pollo para la colación, y una de vacuno para la cena, ñam, recorrí un poco más, me compré un yogurth, un 1+1 (esos que vienen con cereal), y, sin más, me dirigí a la caja.
Al contrario del Bigger, aquí las cajeras no me conocen y no me responden el saludo tan bien. Igual me tocó una simpática. Pasé las cosas y me preguntó el RUT. Le dije que no tenía cuenta, así que saqué la luca, ya que la caja mostraba $992. Sin embargo, cuando dije que no, cambió a más de mil pesos.
CAJERA: Si me das el RUT, te queda en el otro precio.
YO: Pero no tengo cuenta....
CAJERA: No importa.
YO: Bueno... (Le doy el RUT, lo escribe y veo que donde decía "Club Soprole" ahora dice "Club Unimarc) ¿Ahora soy del Club? ._.
CAJERA: Síp.
No me quedó claro eso, pero... Me ahorré plata, yay :D
En fin, pagué y me llamó mi mamá, pidiendo jugo de naranja. Cuando ya había pagado. Genial. Se me había ocurrido comprar, pero no lo hice, porque no sabía si con las 4 lucas que me había pasado mi mamá alcanzaba todo. Realmente genial. Decidí comprarle comida al Billie en alguna parte y, si quedaba plata, comprarle jugo a mi madre.Así que caminé. Caché que en el Sapofrut vendían Whiskas. Pero esa no le gusta a mi gato, mejor voy al catchorros... Seguí caminando...
Cerrado. Damn. Me devolví dos cuadras y entré al Sapofrut.
YO: La comida para gato la venden a granel, ¿verdad?
VENDEDORA: Sí, cuál quieres?
YO: Esa de ahí, $500.
VENDEDORA: ¿Quinientos? Bueno.
Así que sacó, pesó y pagué. Me sobraban más de mil pesos, así que me alcanzaba para un bendito jugo de naranja. Pero no pasé directo al Bigger, si no que pasé por mi casa primero. Entré, acalorada aún, dejé las compras del super en el refri y llamé a mi gato. Vacié la bolsa de comida en el jarrón donde guardamos la comida de gato, y le serví. Se puso a comer, contento y todo. Feliz de que estuviera él feliz, fui al super, donde, según mi mamá, no quedaba jugo de naranja. Wrong. Pillé como 4 botellas. Compré una (la que no estaba abollada, obviamente). Me crucé con unos tipos que andaban tocando guitarra (era bonita la guitarra, y creo que eran los mismos tipos que andaban en monociclo un par de cuadras antes), fui a la caja, pagué, crucé la calle, entré a mi casa, saqué un vaso, llevé el jugo a la pieza, me senté en mi cama y me serví un vaso, pensando en que la caminata había sido productiva. Como de costumbre, no había pensado mucho, pero había bastado: Ideas en mente. Creo que puedo escribir.
Y con esto me disculpo por no haber cumplido con lo de una entrada, un día. Esta es mi última semana de la media, mi última semana de colegio, y para siempre. Así que creo que habrá material para entradas :)
Sting, sting!

martes, 11 de enero de 2011

Quiero vivir en una palmera.

Bueno, bueno, me acordé de cuando durante las vacaciones de invierno me propuse escribir una entrada en el blog cada día, y creo que volveré a hacer lo mismo. ¿La motivación? Mi pequeña aventura del día de hoy.


A mi gato, el Billie (a quien pueden apreciar perfectamente en el banner), se le había acabado la comida. Así que, con el dolor de mi alma, decidí usar la plata que me quedaba de la navidad para irle a comprar comida. Me tomó todo el día decidirme (hacía un calor de mierda), y, al final, a eso de las cinco y tanto, me levanté, tomé la plata y me decidí a partir...
Vale decir que abrí la puerta de la calle y morí por el calor. Así que volví al interior de la casa, me eché bloqueador, tomé mis gafas de cuadros rojos y negros, y llamé a mi mamá al celular, para asegurarme que ella no podía pasar. Me dijo que estaba en el supermercado, comprando, pero que no había pillado cereal. Y me decidí: Ese día caminaría, iría al Unimarc a comprar cereal.
Así fue que volví a salir. Me encontré con mi mamá en el portón, me pasó plata para el cereal y comencé mi caminata al sur de Chiguayante, en dirección al unimarc. La instrucción de mi mamá fue "si no pillas comida para el Billie en el Arca [la tienda de comida de mascotas que queda dos cuadras antes del Unimarc], tomas una micro para el veterinario". Ok, ok, caminemos.
Pese a que el sol pegaba fuerte, el viento venía desde el sur, es decir, me llegaba directo a la cara. Gracias a eso, llegué al Unimarc (que quedaba mucho más lejos de lo que recordaba) sin morir tanto como habría muerto sin él. Llegué...
Este supermercado no se parece en nada al Bigger que está al frente de mi casa. De partida, es más grande... y aquí las cajeras no me conocen ni me saludan con una sonrisa, si no que con cara de lata y preguntándose el porqué me paseé tanto antes de entrar (la respuesta era que no pillaba la entrada para pasar de las cajas a los productos... al final pasé por las mismas cajas, ni ganas de dar vueltas). En fin, entré al super...
¿Dónde chucha están los cereales?
Busqué... Por suerte, me fui hacia la izquierda, porque estaban a ese lado. Entré al pasillo 10 (que tenía escrito "Cereales"), y, al fondo, pillé mis Quadritos de Avena. Los tomé, fui a la caja (al contrario del Bigger, aquí hay haaaaartas cajas, así que fue rápido), pagué, y me dirigí de vuelta a mi casa, para pasar por la tienda de comida de mascotas en el camino.
Así llegué al Arca de Noé....
No hay Cat Show Urinary.
O sea, que tendría que caminar tres laaaargas cuadras (equivalente a 2 y media cada una) hacia el veterinario una vez que llegara a mi casa....
Y el viento ahora me llegaba en la espalda, sin refrescar nada...
Resignada, comencé a caminar a mi casa, más lentamente que lo que caminé al Unimarc. Al llegar a la esquina, leo un cartel "CatChorros: Comida para perros, gatos, conejos y demás!". Ok, no perdía nada revisando. Doblé a la calle, caminé hasta la tienda y entré.
Era un local pequeño... De esos que si entras a mirar, tienes que dar una explicación de porqué te vas sin comprar nada, ya que, obviamente, te vieron entrar. Detrás del mostrador, había una tipa como de mi edad, quizás un poco menor, quizás un poco mayor. En fin, revisé la comida...
Ella: ¿Qué buscas?
Yo: CatChow?
Ella: Ahí hay!
Yo: No, no, ese no es urinary...
Obviamente, se me trabó la lengua.
Ella: ¿Qué?
Yo: Busco uno específico. No es ese.
Ella: Ah... ¿y ese?
Yo: No, ese es para gatos pequeños.

Así que, tras dar las gracias, me fui. Entré a la casa, dejé el cereal y, sin otra opción, partí al veterinario. Crucé la calle para irme por la sombra y caminé, a paso lento: El viento seguía llegándome por la espalda. Pasé por la gran palmera (¿qué se sentirá vivir en una palmera, como los pájaros que estaban ahí?), y , una cuadra después, llegué al veterinario, saqué la bolsa, lo llevé al mostrador... Y la señora que estaba sentada ahí, haciéndole cariño a un perro me dice que la encargada está atrás con el veterinario, no atendiendo, que tenía que esperar. Así que esperé, recuperando el aire e intentando no morir por el calor. Había una tipa con un perrito muy pequeño, y se quejaba porque no podía estar en el suelo... Y había un loro, que, de pronto, empezó a hacer "AAAH". Con la SeñoraQueLeHacíaCariñoAlPerro empezamos a molestar al loro, y seguía haciendo "AAAH", y a ratos hacía un "aaaaaaaaaah", como de comprensión .__. fue entrete :)
Finalmente, llegó la tipa a cargo de la comida. Costaba 6.700, le pagué con 7.000, me devolvió 200. Le dije, me pasó los otros 100. Como de costumbre, no había bolsa. Di las gracias, volví a ponerme las gafas y caminé a mi casa. Ahora sí había viento, así que caminé un poco más rápido.
Llegué a la casa, abrí la comida, le serví al Billie, busqué mi traje de baño, me lo puse, saludé a todos en mi casa y me tiré a la piscina con mi prima, quien ya estaba ahí. Estuve un ratito ahí, me salí, tomé once, me duché y aquí esoy, procrastinando. Y mejor me detengo para irme a escribir de una vez.
Sting, sting!