martes, 11 de enero de 2011

Quiero vivir en una palmera.

Bueno, bueno, me acordé de cuando durante las vacaciones de invierno me propuse escribir una entrada en el blog cada día, y creo que volveré a hacer lo mismo. ¿La motivación? Mi pequeña aventura del día de hoy.


A mi gato, el Billie (a quien pueden apreciar perfectamente en el banner), se le había acabado la comida. Así que, con el dolor de mi alma, decidí usar la plata que me quedaba de la navidad para irle a comprar comida. Me tomó todo el día decidirme (hacía un calor de mierda), y, al final, a eso de las cinco y tanto, me levanté, tomé la plata y me decidí a partir...
Vale decir que abrí la puerta de la calle y morí por el calor. Así que volví al interior de la casa, me eché bloqueador, tomé mis gafas de cuadros rojos y negros, y llamé a mi mamá al celular, para asegurarme que ella no podía pasar. Me dijo que estaba en el supermercado, comprando, pero que no había pillado cereal. Y me decidí: Ese día caminaría, iría al Unimarc a comprar cereal.
Así fue que volví a salir. Me encontré con mi mamá en el portón, me pasó plata para el cereal y comencé mi caminata al sur de Chiguayante, en dirección al unimarc. La instrucción de mi mamá fue "si no pillas comida para el Billie en el Arca [la tienda de comida de mascotas que queda dos cuadras antes del Unimarc], tomas una micro para el veterinario". Ok, ok, caminemos.
Pese a que el sol pegaba fuerte, el viento venía desde el sur, es decir, me llegaba directo a la cara. Gracias a eso, llegué al Unimarc (que quedaba mucho más lejos de lo que recordaba) sin morir tanto como habría muerto sin él. Llegué...
Este supermercado no se parece en nada al Bigger que está al frente de mi casa. De partida, es más grande... y aquí las cajeras no me conocen ni me saludan con una sonrisa, si no que con cara de lata y preguntándose el porqué me paseé tanto antes de entrar (la respuesta era que no pillaba la entrada para pasar de las cajas a los productos... al final pasé por las mismas cajas, ni ganas de dar vueltas). En fin, entré al super...
¿Dónde chucha están los cereales?
Busqué... Por suerte, me fui hacia la izquierda, porque estaban a ese lado. Entré al pasillo 10 (que tenía escrito "Cereales"), y, al fondo, pillé mis Quadritos de Avena. Los tomé, fui a la caja (al contrario del Bigger, aquí hay haaaaartas cajas, así que fue rápido), pagué, y me dirigí de vuelta a mi casa, para pasar por la tienda de comida de mascotas en el camino.
Así llegué al Arca de Noé....
No hay Cat Show Urinary.
O sea, que tendría que caminar tres laaaargas cuadras (equivalente a 2 y media cada una) hacia el veterinario una vez que llegara a mi casa....
Y el viento ahora me llegaba en la espalda, sin refrescar nada...
Resignada, comencé a caminar a mi casa, más lentamente que lo que caminé al Unimarc. Al llegar a la esquina, leo un cartel "CatChorros: Comida para perros, gatos, conejos y demás!". Ok, no perdía nada revisando. Doblé a la calle, caminé hasta la tienda y entré.
Era un local pequeño... De esos que si entras a mirar, tienes que dar una explicación de porqué te vas sin comprar nada, ya que, obviamente, te vieron entrar. Detrás del mostrador, había una tipa como de mi edad, quizás un poco menor, quizás un poco mayor. En fin, revisé la comida...
Ella: ¿Qué buscas?
Yo: CatChow?
Ella: Ahí hay!
Yo: No, no, ese no es urinary...
Obviamente, se me trabó la lengua.
Ella: ¿Qué?
Yo: Busco uno específico. No es ese.
Ella: Ah... ¿y ese?
Yo: No, ese es para gatos pequeños.

Así que, tras dar las gracias, me fui. Entré a la casa, dejé el cereal y, sin otra opción, partí al veterinario. Crucé la calle para irme por la sombra y caminé, a paso lento: El viento seguía llegándome por la espalda. Pasé por la gran palmera (¿qué se sentirá vivir en una palmera, como los pájaros que estaban ahí?), y , una cuadra después, llegué al veterinario, saqué la bolsa, lo llevé al mostrador... Y la señora que estaba sentada ahí, haciéndole cariño a un perro me dice que la encargada está atrás con el veterinario, no atendiendo, que tenía que esperar. Así que esperé, recuperando el aire e intentando no morir por el calor. Había una tipa con un perrito muy pequeño, y se quejaba porque no podía estar en el suelo... Y había un loro, que, de pronto, empezó a hacer "AAAH". Con la SeñoraQueLeHacíaCariñoAlPerro empezamos a molestar al loro, y seguía haciendo "AAAH", y a ratos hacía un "aaaaaaaaaah", como de comprensión .__. fue entrete :)
Finalmente, llegó la tipa a cargo de la comida. Costaba 6.700, le pagué con 7.000, me devolvió 200. Le dije, me pasó los otros 100. Como de costumbre, no había bolsa. Di las gracias, volví a ponerme las gafas y caminé a mi casa. Ahora sí había viento, así que caminé un poco más rápido.
Llegué a la casa, abrí la comida, le serví al Billie, busqué mi traje de baño, me lo puse, saludé a todos en mi casa y me tiré a la piscina con mi prima, quien ya estaba ahí. Estuve un ratito ahí, me salí, tomé once, me duché y aquí esoy, procrastinando. Y mejor me detengo para irme a escribir de una vez.
Sting, sting!

2 comentarios:

Renacuajo Tripolar dijo...

YAY! Adoro los finales felices :3 ¿que mejor que procastinar? (?)

Amanda dijo...

SuperProcrastinar. Es lo mejor. Es lo que hago ahora xD!